¿Cómo afrontar las vacaciones escolares?

22/06/2018
Familia

 

Esta semana se acaba el curso escolar y los niños tienen casi tres meses por delante sin colegio. Las vacaciones de verano suponen todo un reto para la familia, los expertos en pedagogía reconocen que es complicado conciliar el horario laboral de los padres con el ocio de los niños. Pero no tiene porqué cundir el caos.

Lo importante es no perder de vista el hecho de que las vacaciones son un momento para que los niños experimenten, disfruten, descubran actividades nuevas y desarrollen otras habilidades diferentes que las del aprendizaje académico.  El tiempo de ocio tiene que suponer un momento de reposo para los niños, donde predomine la sensación de tranquilidad y un buen ambiente familiar.

Algunas pautas para conseguirlo:

TRABAJAR LA AUTONOMÍA Y EL APRENDIZAJE

Es un buen momento para ir dándoles de forma progresiva nuevas cotas de autonomía y animarlos a hacer cosas por sí mismo o con sus iguales. Por ejemplo, es una época para introducirles de forma progresiva en los quehaceres domésticos; preparar la mesa, cocinar juntos o ordenar la habitación. 

AL AIRE LIBRE

Aprovechar el buen tiempo para que jueguen fuera de casa, alejados de los móviles, la televisión, tablets, etc. La época estival es perfecta para que los pequeños socialicen más y salgan a la calle. Es conveniente ir a la playa o a la piscina y ampliar las salidas a la naturaleza.

CAMBIO DE RUTINA

En verano, y en especial en vacaciones, todo se relaja: horarios, rutinas, actividades, tanto para los padres como para los hijos. Para no generar un desorden en el interior de la familia el tiempo libre debe tener estructura y organización. Los límites para los niños deben quedar claros en cualquier situación.

ACTIVIDADES EN FAMILIA

El verano rompe con el ritmo frenético del resto del año, los padres deberían aprovecharlo para para conocer más a sus hijos y divertirse con ellos. Montar en bicicleta, salir en patines o hacer algún deporte todos juntos.

DEBERES

Los deberes y el repaso tienen que ir en su justa medida. Si lo que queremos es que nuestros hijos no pierdan la práctica de lo aprendido, con unos minutos al día dentro de esta rutina veraniega es suficiente. Es más conveniente que el niño disfrute del verano y consiga airearse. En cambio, la lectura siempre es buena idea.

Para no acabar necesitando unas vacaciones de las vacaciones, los padres tienen que organizar bien este periodo del año, teniendo en cuenta las necesidades específicas de cada niño y las posibilidades de cada familia.

Estar de vacaciones no significa que los padres no deban hacer nada. Más allá del estrés que pueda suponer la organización familiar, el verano es una buena oportunidad para pasar más tiempo con los hijos y disfrutar más con ellos. Es un momento único que los padres, en la medida de lo posible, no  deben desaprovechar. 

 

Equipo ATIA, psicología y psiquiatría Barcelona