Redes sociales y salud mental

18/01/2023
Niños, Adolescencia

Transcribimos una entrevista que le hicimos a la psicóloga Elena Picanyol acerca las TIC y su papel en la salud mental de los adolescentes y niños.

Pienso que hay una falta de visualización y reconocimiento de esta adicción, ya que vivimos en una sociedad dónde se ha normalizado el uso masivo de internet en el trabajo, estudios, ocio, comunicación. Las personas vivimos inter e hiperconectados y por eso puede resultar difícil diferenciar cuando se trata de un uso responsable o bien se trata de una adicción. La pregunta es, ¿qué significa un uso adecuado o responsable?

La OMS define la adicción como la falta de control a la hora de regular aspectos como la frecuencia, la intensidad y la duración. Regular la frecuencia y duración es especialmente delicado entre los adolescentes que a menudo presentan una mayor dificultad de consciencia y autocontrol.

Considero importante tener en cuenta que la adicción a las tecnologías puede representar la punta del iceberg, ya que este tipo de conductas a menudo tapan otras problemáticas. Un adolescente confuso, inhibido e inseguro que no tenga sensación de grupo y no se sienta comprendido por sus iguales o familia, puede buscar refugio en actividades que den algún sentido a su vida. Por ello, el abordaje de este tipo de problemáticas debería ser global y teniendo en cuenta los aspectos de identidad, patrones relacionales y ansiedades asociadas.

Es difícil resumir esta respuesta en unas líneas, pero me gustaría destacar brevemente los principales aspectos positivos y negativos que tienen las TIC en la salud mental.

Nadie duda del impacto brutal que tienen las redes sociales en la autoestima e identidad de las personas, sobre todo en niños y adolescentes. La adolescencia es un período vulnerable en el que el desarrollo neurobiológico y la construcción de la identidad están en pleno auge. El uso excesivo de pantallas/internet puede afectar a los sistemas cerebrales que se encargan de la regulación emocional. Múltiples estudios han confirmado como la tecnología puede afectar en nuestra capacidad de atención y concentración, el cambio en nuestra manera de relacionarnos,  mayor distanciamiento social y aislamiento. También se ha relacionado con mayor aumento de depresión, ansiedad, adicción y problemas de sueño.

Aún así, las TIC pueden ser una herramienta útil para aquellas personas más solitarias, inhibidas, con falta de habilidades sociales o bien con rasgos obsesivos o fóbicos. Puede ayudar a relacionarse con los iguales, conocer nuevas personas, incluso a expresarse con mayor facilidad con amigos o familiares. Ojo, siempre y cuando no sea su única forma de comunicarse y que le pueda servir para posteriormente tener un encuentro presencial. La tecnología ha favorecido que muchas personas consultaran a un profesional para recibir terapia online y han creado aplicaciones y comunidades de apoyo.

Las TIC y la hiperconexión digital influye en nuestra manera de relacionarnos y  vincularnos. La pregunta es como el contexto y la disposición de terapeuta y paciente influye en el resultado de la tarea. La terapia debe adaptarse a la sociedad en la que vivimos y eso implica introducir las TIC en el trabajo con los pacientes adolescentes. La era de la pandemia, no nos ha dejado otra opción que plantearnos nuevas formas de trabajo, y por eso el empezar a imaginar  las posibilidades que puede tener este formato.

En población adulta, hemos podido comprobar que es totalmente viable y funcional ya que permite reducir costes, tiempo de desplazamiento y superar la limitación geográfica o física que dificulta el acceso a una terapia presencial.

En población infantil tengo mis dudas. Pienso que siempre que sea posible sería preferible optar por una terapia presencial ya que la comunicación y el juego que se lleva a cabo en sesión es difícil de suplirlo con el trabajo online. A menudo nos encontramos que los niños se dispersan más fácilmente con la pantalla de por medio. El tipo de juego que puedes llevar a cabo en formato online es limitado y además reduces la privacidad del niño.

En cambio, el trabajo con padres y el acompañamiento a la crianza sí que podría realizarse perfectamente online. La experiencia me ha hecho comprobar que las entrevistas familiares y el vínculo que creas con los padres se puede establecer de igual manera en formato online.

Elena Picanyol, psicóloga

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