No me quedo embarazada

01/02/2021
Psicologia, Mujer

En la actualidad nos encontramos con un alto porcentaje de infertilidad en la población occidental. Además de las razones fisiológicas producidas por alteraciones hormonales, endometriosis, procesos oncológicos entre otros, nos encontramos con factores sociales que también pueden estar influyendo:

  • Retraso en la edad, tanto en la mujer como en el hombre para tomar la decisión de tener hijos (con el consiguiente envejecimiento de los gametos y la disminución de la calidad seminal).
  • La plena incorporación de la mujer en el mundo laboral lo que puede representar un mayor nivel de estrés, alimentación menos saludable, sobrepeso, etc.
  • Hábitos de vida de la mujer: alcohol, tabaco, sedentarismo, ritmo acelerado de la vida diaria.
  • Dificultad de tolerar la frustración de la espera, en nuestra sociedad hay una necesidad de respuestas rápidas y eficaces ante el “yo quiero”.

Para la mayoría de las personas que no consiguen un embarazo la situación se convierte en estresante, especialmente entre las  mujeres. Conlleva un sentimiento  de frustración con elevadas dosis de rabia e impotencia. Las consecuencias psicológicas asociadas son importantes porque se han de enfrentar al  duelo de las propias capacidades naturales, al  sentimiento de envidia hacia otras personas que si lo han conseguido y a la renuncia de un proyecto de vida, ser madres o padres.

En nuestra consulta recibimos muchas demandas sobre esta cuestión y el foco central es un deseo que no se ha logrado y la tensión que ello implica. Normalmente las mujeres y parejas que  visitamos llegan con varios intentos realizados, es decir, tratamientos médicos en los que la medicación y las continuas visitas van provocando estrés emocional, asociado a ansiedad, tristeza, decepción y baja autoestima.

Además los procedimientos diagnósticos y el tratamiento médico de la infertilidad tienen un impacto importante en la vida íntima de la pareja, afectando a sus dinámicas de relación, la sexualidad y su capacidad para afrontar y resolver las situaciones agobiantes de los tratamientos.

La infertilidad y su tratamiento es vivida en muchas ocasiones como una de las experiencias más estresantes y dolorosas de la vida.

A todo ello hay que añadir el sentimiento de vergüenza y culpabilidad que sienten muchas mujeres y el tabú que representa hablar del tema con el entorno, lo que significa  que muchas veces no se comparta la situación con los amigos y familiares próximos. Hemos observado que  explicar la experiencia que se está viviendo ayuda a sentirse mejor. De todas maneras aconsejamos que sean ellos quién decidan cuándo y cómo decirlo.

Pensamos que la intervención psicológica es necesaria tanto para tratar las consecuencias emocionales de la no llegada del embarazo como durante el proceso de la reproducción asistida. Hay mujeres y parejas con múltiples fracasos en los intentos que habrán de resignificar sus vidas, el concepto de sí mismos y generar nuevas expectativas y proyectos.

El objetivo de la intervención sería poder llegar a la aceptación de lo que muchas veces es inaceptable, que no hay control sobre los procesos naturales y el embarazo es uno de ellos. Es la aceptación de un duelo y su proceso, una oportunidad de conocerse mejor a sí mismos y como pareja acerca de cómo enfrentar limitaciones y abordar una situación traumática, es decir, conocer sus recursos, su resiliencia y sus límites como personas y como pareja.

En definitiva una ayuda psicoterapéutica puede contribuir a disminuir la rabia, la decepción, la frustración, el estrés y  la tristeza lo que puede modificar actitudes y ayudar positivamente en el éxito de los tratamientos de reproducción asistida y en la aceptación de la infertilidad.

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