NAVIDAD

13/12/2021
Navidad, Familia

 

Cuando apenas nos estamos adaptando al cambio de estación, se enciende el alumbrado navideño y con él iniciamos la Navidad. Una época que reúne los ingredientes necesarios para evidenciar luces y sombras del funcionamiento personal, familiar y comunitario de cada sociedad.

Especialmente para las familias con hijos/se en edad de crianza, se trata de un momento interesante para pararse a pensar el sentido y valor que esta época de celebraciones tiene en cada núcleo y cuál puede ser la mejor manera de llevarlo a cabo para transmitirlo así.

Relaciones, tradiciones y consumo son las tres dimensiones que quedan señaladas y en las que cada familia tiene que poder tomar decisiones. Con quién se compartirá el qué y de qué manera. Qué tradiciones se harán propias y como se dará sentido a un periodo en el que es fácil quedar absorbido en un remolino de convenciones e imperativos de consumo.

No es una tarea sencilla para los núcleos en etapa temprana -y no tan temprana- del ciclo vital familiar acordar y establecer estos aspectos. La influencia de la familia de origen en la pareja se hace evidente y explícita en este tira y afloja para ir encontrando una manera propia de vivir esta época.

Un aspecto que en ocasiones genera dudas y que se puede plantear desde prismas diversos tiene que ver con la vivencia de aquello mágico que implican algunas de las tradiciones. También en como transformar y adaptar la “magia” en función de la etapa evolutiva de los hijos/se.

Para acabar, uno de los asuntos que, en nuestra sociedad, provoca más dolores de cabeza a madres y padres tiene que ver con los regalos. Las condiciones familiares son muy diversas y también pueden variar a lo largo de los años. En ocasiones hay que poner el foco en el criterio y freno de los obsequios y establecer límites claros entre todas aquellas personas que participen. Así mismo, es importante reforzar y hacer explícito el sentido de estas fiestas para cada familia y ayudar a ir construyendo una mirada crítica y consciente hacia el consumo indiscriminado y las implicaciones individuales, sociales y ecológicas que este tiene.

Llega pues un periodo lleno de retos, pero también de oportunidades (y un poco más de tiempo) para seguir tejiendo y haciendo crecer las relaciones a través de las experiencias compartidas.

¡Feliz Navidad!

Maria Iglesias, psicóloga

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