Los beneficios de la rutina

13/12/2018
Bienestar Emocional

 

Todos nos quejamos de la rutina y buscamos la forma de evadirla por la sensación que nos da de hacer siempre lo mismo. En parte es verdad porque según la definición del diccionario, es una costumbre arraigada o un hábito adquirido por mera práctica que permite hacer las cosas sin razonarlas.

Hay gente que no tiene muy claro si su tendencia a la rutina es beneficiosa o perjudicial para su existencia. En principio, la monotonía en su funcionamiento cotidiano activa en ella una especie de resquemor o prejuicio defensivo. Tal vez porque la rutina no goza de prestigio en nuestros días, ya que todo ha de ser cambio, vértigo, sorpresa, imprevisibilidad. O porque es conservadora, todo lo contrario de su antagonista que luce siempre moderna.

El concepto implica tener que hacer la misma cosa una y otra vez. Así que para muchas personas esto puede sonar como algo que puede drenar la espontaneidad de la vida.

Pero no hay que subestimarla, reflexionemos sobre sus beneficios:

El hecho de tener nuestra rutina controlada nos permite hacer el tipo de cosas que aportan un valor añadido a nuestro día a día y nos permiten vivir de la vida disfrutándola. Por ejemplo, si cada día hacemos el mismo recorrido para ir a comprar, y un día optamos por escoger otro camino, nos sorprenderá descubrir cosas nuevas.

Tener un control sobre nuestra rutina, tanto personal como de trabajo, nos permite decidir que un viernes vamos a dedicarlo entero a nuestra pareja o que una tarde en vez de trabajar queremos salir a comprar.

La sensación de tener el control que aporta nos proporciona seguridad, y nos aleja del tenernos que enfrentar a situaciones inesperadas o ajenas a lo planificado, estas situaciones nos hacen gastar energía inútilmente.

Beneficia la salud mental ya que la desorganización genera caos y esta a su vez genera estrés. Sin embargo, una vez que comienzas a desarrollar una rutina diaria esta niebla de ansiedad se disipa.

Mejora la autodeterminación. Aunque las rutinas diarias pronto pueden convertirse en un hábito, no es un proceso instantáneo se necesita una gran cantidad de voluntad y autodeterminación.

Tener tiempo de relajarse. Una habito consistente puede ayudar a organizar un día de una manera tan eficiente que se puede reservar tiempo para la relajación.

Una vez que se empiezan a cosechar los beneficios de una rutina consistente, el circuito de recompensa del cerebro animará a la persona a alcanzar nuevos niveles.

La mayoría de las personas que tienen una rutina fija suele querer modificarla de vez en cuando y es algo normal. Cuando esta agobia, es la señal de la conciencia que indica, que hay que empezar a ser más creativo también con lo cotidiano. En algunos casos no hace falta hacer un cambio radical de vida para introducir modificaciones que nos hagan la vida más emocionante.

 

Equipo ATIA, psicología y psiquiatría Barcelona