Alzheimer

09/02/2023
Atención Psicológica

El Alzheimer es la demencia más frecuente (supone en torno al 50-70% de todas las demencias) y tiene como síntoma inicial y característico la pérdida de memoria para los hechos recientes, preservándose durante más tiempo los recuerdos que forman parte de la memoria más remota, como pueden ser los recuerdos de juventud e infancia. Según avanza la enfermedad, van apareciendo problemas con el lenguaje, la atención, el reconocimiento, la comprensión y la realización de acciones.

Las personas que padecen esta demencia necesitarán a lo largo de su vida diferentes tipos de cuidados según el grado de dependencia.

La enfermedad de Alzheimer no constituye solamente un problema progresivo de memoria y de capacidades mentales. También hay que sumarle las alteraciones del comportamiento cómo leves estados de ansiedad o depresión hasta problemas como la deambulación, la agitación, el insomnio o los gritos. Estas alteraciones generan un elevado malestar y estrés entre los familiares y cuidadores que debe ser reconocido.

El trabajo de los cuidadores de pacientes con Alzheimer es continuo y aumenta progresivamente a medida que avanza la enfermedad. Esto conlleva tareas que agotan física y mentalmente a la persona cuidadora. Todo esto le  puede provocar que se olvide de sí misma, de sus aficiones y sus relaciones sociales, lo cual le puede suponer graves problemas de salud mental.

Es aconsejable tener una serie de actitudes positivas frente al paciente, pero esto no es fácil porque los trastornos de conducta pueden llegar a ser desbordantes para la persona que cuida. Ésta ha de estar atenta para detectar posibles estados de inquietud y nerviosismo y ha de hacer esfuerzos para tener espacios propios de ventilación emocional.

Transcribimos un testimonio de una cuidadora,

“Hoy me he despertado con mucha tristeza y con ella aparecía la sombra del enfado. Estoy cuidando a mi madre y no paro de pensar en anécdotas de nuestra vida en común, de esto hace ya 38 años, pienso en cómo era ella, de que hablábamos, mi cerebro no para. Como me gustaría que compartiéramos la alegría de mis hijos, sus parejas, los nietos, el trabajo que hago.Padece Alzheimer y la memoria reciente se ha vuelto inmediata y se desvanece en cuestión de segundos. Pregunta y pregunta las mismas cosas como si fuera un mantra. He pensado en incluirme en un grupo de familiares con Alzheimer, esto me calma, pensar que  hay más gente como yo, sentirme acompañada.Se hace difícil estar con una persona dependiente que no puede tomar decisiones, que no se entristece, que no se pregunta qué le pasa. No he tenido nunca su estilo, no nos parecemos, no nos gustan las mismas cosas. Pero a pesar de todo es mi madre i es muy duro convivir con su Alzheimer. Por eso y, a pesar de la dificultad, intento disfrutar de su compañía y trato de tolerar sus limitaciones, a veces no lo consigo. Poco a poco parece que la tristeza va dejando paso a la aceptación y esto me libera y me permite estar más tranquila y serena”.

Desde Atiapsicologia pensamos que los cuidadores de personas con Alzheimer deben recibir apoyo. El cuidado del enfermo es una tarea difícil y larga que a medida que progresa la enfermedad supone mayor carga. Es fundamental que tengan tiempo para ellos mismos, que mantengan las  relaciones sociales y que pidan ayuda a un profesional para transitar por las emociones negativas como pensar que han fallado en el cuidado de la persona.

Magda Sallés, psicóloga

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